~ El amanecer de un nuevo dios. Creación de Akatsuki. ~

por Kishimoto Dom Mar 03, 2013 5:34 pm

El ser humano está programado para tener una sed por conocimiento. Ellos poseen un insaciable apetito por la sabiduría, una infinita curiosidad. Esa curiosidad era al mismo tiempo el motor de la especie y su destrucción. Tan grande es la sed por información que a lo largo de la historia Shinobi se han dado batallas, guerras incluso, por ellas. Unas batallas en la sombra, guerras de las que nadie fue informado, sangrientas y aterradoras. Eran batallas nunca vistas, de las que nunca se contó, en las que la vida de los ninjas tenía importancia cero en comparación con la información. Información que bajo ninguna circunstancia debía llegar en manos enemigas, llegándose a asesinar compañeros para evitarlo. El conocimiento sobre cómo funcionaba el mundo era un gran peso a llevar en los hombros, un peso que todos deseaban, un peso tan peligroso como ningún otro. Un peso que nadie debería de llevar, pero aun asi, muchos lo hacen, andando en las sombras, sacrificándose por sus aldeas…

El sol se elevaba poco a poco sobre la tierra, regocijando las plantas con su brilloso manjar, secando la hierba, despertando los animales. Era así como un nuevo día comenzaba en el bello mundo Shinobi, un día paradisiaco. El rio que servía como hogar a los peces chapoteando y saltando sobre él, la danza de las flores que se movían al unísono junto al viento, que soplaba de manera lenta y refrescante, los arboles vigilando el bienestar de los animales, que jugaban como si no hubiera mañana. Era un hábitat natural, que nunca había sido tocado por la mano humana, una mano que hacia cualquier cosa pudrir. No obstante, algo fuera de lo común se podía observar, una rareza para las criaturas que vivían ahí. Un cuerpo estaba siendo portado hacia abajo por el agua del rio. El cuerpo de un ninja, el cuerpo de uno de los más poderosos shinobi del momento…

Los animales pararon de jugar y empezaron a observar fijamente el cuerpo del ninja que había perdido el conocimiento. Este bajaba por el rio lentamente… ¿Quién era? Podía ser cualquiera, un joven perdido, quizá, pero no… De repente, el ninja se despertó y empezó a nadar en contra de la corriente, agarrándose de la tierra y saliendo rápidamente del rio. Era un shinobi de temprana edad, que no obstante había pasado por varias situaciones de gran peligro. Las cicatrices en sus manos y brazos contaban la historia del chico, que era una aterradora. Su mirada era tan seria como ninguna. El, Kishimoto, ninja de Konohagakure, se había sentado sobre una roca y miraba perdidamente el rio, reflexionando sobre su propia existencia, sobre lo que había pasado, sobre lo que iba a pasar.

Su cara mostraba ninguna expresión, como si un cadáver se tratase. Gotas de agua aún se escurrían por su piel y sus ropas, mientras caían lentamente sobre la dura tierra. Sus manos se habían posado en sus rodillas, de las cuales apretaban fuertemente. A pesar de que no lo parecía, el joven estaba muy frustrando y enfadado. En su mejilla se podían notar varias pequeñas cortaduras, de las cuales salía unos bellos hilos de sangre carmesí, que se combinaban con las gotas de agua. Los animales ahora habían vuelto a sus actividades diarias, sin embargo, mantenían una segura distancia del individuo sentado en la roca.

Sin embargo, la mente del joven aún estaba meditando recordando lo que había pasado.

Flashback~

Era de noche. Podía verse a sí mismo corriendo por la aldea, llevando una máscara. ¿Qué hacía corriendo de esa manera? La imagen se tornó negra y otra apareció en su lugar. Seguía siendo de noche, pero esta vez, él no estaba corriendo. Estaba andando por las calles secundarias de Konohagakure, intentando no atraer atención, pues su misión era muy especial. Si, poco a poco lo recordaba. A sus orejas había llegado la información de que en la biblioteca personal del Hokage estaba escondida información valiosa sobre unos jutsus secretos. Jutsus que él quería conocer. Pues, al igual que la mayoría de seres humanos, él quería llegar a ser lo más poderoso posible. El más poderoso. Inigualable y temido por todos los países ninja.

La imagen volvió a desaparecer, esta vez siendo sustituida por el mismo, frente a la puerta de la oficina del Hokage. Gracias a sus cercanas relaciones con el que era el líder de la aldea, sabía que esta noche no iba a estar ahí. Sabía que esta noche era la noche en la que debía de hacerlo. Abrió la puerta, asegurándose varias veces de que no hubiera nadie en la cercanía. Después de entrar, se paró por unos segundos, analizando cada centímetro de la oficina. Sabía que por ahí debía de haber alguna pista sobre donde estaba la entrada a la biblioteca, pues eso, ni él lo sabía. Esta vez, la imagen se difumo mientras el joven ninja empezaba a buscar.

La nueva secuencia lo presentaba con una antorcha en la mano, caminando por un pasadizo extremadamente oscuro. ¡Lo había logrado! Había encontrado el pasadizo de llevaba hacia la biblioteca personal del Hokage, escondida profundamente en su edificio. Estaba bajando las escaleras de una manera rápida, sus manos temblaban de emoción y detrás de su máscara de seguro se escondía una amplia sonrisa. Ni él supo que la misión de encontrar la biblioteca iba a ser tan fácil de llevar a cabo. Su paso era incluso más rápido, mientras empezaba a bajar unas escaleras circulares que seguramente debían de llevar ahí. Ya había llegado. Se encontraba ante un increíble número de pergaminos, cada uno de ellos siendo vital para la supervivencia de la aldea. Empezó a leer, intentando memorizar los sellos requeridos para cada técnica, aprendiendo mejores maneras para concentrar su chakra, para expandir su poder sin la necesidad de hacer ningún jutsu. Era increíble. Había entendido el por qué los Kages eran tan poderosos, teniendo acceso a tanta información…

No obstante, un pergamino le atrajo la atención más que los demás. Era un pergamino más viejo, oscuro, que no había sido abierto desde hace cientos de años. Cualquier persona hubiera dejado el pergamino estar ahí, no obstante, Kishimoto no era cualquier persona. Cogió el pergamino en sus manos, mientras se levantaba. Estaba un tanto inseguro, sin saber que se escondía en él. Nada más abrirlo, una pequeña explosión surgió, varias agujas saliendo disparadas hacia su cara. Gracias a su habilidad, logro evitar la mayoría, no obstante, las que le dieron destruyeron una parte de su máscara y provocaron varias cortaduras en su cara. Mientras tiraba su máscara al suelo, empezó a leer del pergamino, ahora que lo había abierto. El pergamino contenía informaciones nunca leídas, probablemente ni por el Hokage. Era información sobre el principio del mundo ninja, sobre las extrañas criaturas llamadas Bijuu, sobre el Sabio de los Seis Caminos… Con una técnica, destruyo el pergamino, después de asegurarse de haberlo memorizado de cabeza a pie.

De repente, Kishimoto salió de su estado de meditación. Ahora que recordaba todo, era más que claro lo que debía de hacer. Tomo la banda ninja de Konohagakure de su frente y la tiro al suelo. Era tiempo para crear una nueva organización. Una organización con la intención de crear un nuevo mundo, un mundo en el que gracias al poder de los Bijuus, lo que correcto iba a ser lo único aceptado. Dicha organización se iba a llamar Akatsuki. Una organización que todos iban a temer, una organización que sembrara el terror en los almas de los injustos, pues un nuevo dios amanecía sobre el mundo ninja…

por Accelerator Lun Mar 04, 2013 9:57 pm

Es curioso que el tiempo pase tan rápido y que algunas cosas tomen formas distintas, las esperanzas de un mundo, de personas que cambian constantemente, en ideas, en formas, en poder, en inteligencia, a pesar de eso ¿Por qué aun hay peleas entre las aldeas? ¿Por que aun hay muertes innecesarias? Y sobretodo ¿Por qué el mundo es una basura? Eso es mas simple de responder, si una persona alza sus armas con maldad, obtendrá maldad como respuesta, pura, con o sin sentido, masacres, terrorismo, un mundo ninja en caos, en cambio si alguien alza su espada a la completa bondad, su ingenuidad lo llevara a la muerte, poco se sabe de líderes dignos de su puesto, de alguien que sepa realmente como liderar un mundo entero, la gente muere y a prácticamente nadie le importa, recuerdo bien a ese anciano. que me enseñaba todo eso, sobre el mundo shinobi antes de esto, si tan solo viera de reojo este mundo en caos seguramente moriría de nuevo, este mundo no tiene oportunidades, debe desaparecer y dar paso a una nueva era, una de oportunidades para aquellos que saben el valor de una aldea y sus habitantes, sin guerras, sin muertes, para eso, se requiere control.

En aquellos tiempo en los que aun me encontraba en konohagakure el anciano solia contarme muchas cosas como era el dominio de los clanes, como hubo un tiempo de paz absoluta y luego fue que llegamos a lo que ahora somos, es ridículo pensar que hay una solución pacifica, a pesar de querer paz, se debe recurrir a la intimidación violenta, es una medida desesperada, pero de esa manera estos incaustos e ingenuos ninjas de ahora podrán aprender a controlarse y atenerse a las reglas de esta dictadura, asi podre tener un silencio, asi podría conocer la paz, cuando un dia fui con el anciano me conto algo interesante, un pergamino, con secretos escritos en el, la razón de la unión temporal de los ninjas, la razón por la que estamos peleando y a la vez manteniendo las apariencias, a pesar de contarme de este, no sabía de su ubicación y también me dio la duda de si es que aun existe, por que hace poco se dio la noticia de un traidor que escapo de la aldea tras un allanamiento de los secretos de la aldea y puede que lo halla destruido o se ha ido con el. Con eso no estaba para nada decidido de lo que haría no me parecía lo suficientemente confiable esa información como para tomar por hecho que ese pergamino me podría ser de utilidad. Años después fue mi retirada de la aldea a voluntad propia, tras la muerte del anciano y después de matar a los culpables de la misma, mi ideal era el conocimiento, la búsqueda de ese poder que establecería el control de este mundo.

En mis caminos siempre se hallaba soledad, no me encontraba personas y estaba bien de esa forma, pero las casualidades son cosas, no, perdón, mas que una casualidad, los lazos y el destino me reunieron con alguien que compartía mis ideales, el poder, un poder absoluto, ese reecuentro fue mas que la simple charla de jóvenes de mismo conocimiento, era mi mejor amigo de la infancia, Kishimoto, éramos del mismo clan y éramos muy unidos en aquel orfanato, el encontrarme con el en un tiempo en el que creía que estaba solo y mas importante aun, en el que me daba por rendido a mi búsqueda, fue luz en ese momento y quizás se lo debía por mucho, me dijo lo que sabia, sus ideas, compartió sus conocimientos conmigo, mas que ser las palabras de un loco, estaba completamente seguro de lo que decía y parecía muy decidido, siempre fuimos optimistas en el pasado, pero justo ahora este mundo no era igual para mi, no sabria de que manera opinaba al respecto, no llegue a aclarar esa duda aun, pero si bien ese poder existía, ambos tendríamos ese poder ¿Por qué confiaba en el a pesar de haber desaparecido de la aldea? Simple, aun mantenía nuestros amuletos de amistad, eso me dejo claro, que aunque fuera poco me recordaba como su amigo, me dijo lo poco que recordaba de haber obtenido ese conocimiento, era seguro que el fue el ladro de la aldea, ambos exiliamos y nos reencontramos, fuimos buenos amigos y lo seguiremos siendo pude tenerle fe, creía en cada una de sus palabras como si de un dios se tratase, en poco tiempo que indagamos alrededor del mundo shinobi tubo una idea, una organización, en la que nuestra meta será obtener ese poder a toda costa.

Si bien poco sabíamos de a donde ir aun faltaba un camino grande que recorrer para la organización, nesesitariamos aliados, también tendríamos que investigar sobre alguna habilidad de sellado, la paciencia tendría que ser nuestro credo hasta que el poder se deje presencia, nuestra ubicación actual era algo que solo nosotros conocíamos, mataríamos a cualquiera que se interpusiera en nuestro camino seguro morirá, somos akatsuki… dominaremos todo el verdadero poder… y asi tener el control del mundo.

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