Misión Rango D

por Kenji Vie Mar 01, 2013 4:46 am

Luego de una mañana realmente agotadora, Kenji se recostó en la hierba del parque situado a unas pocas cuadras de su casa para reponer algo de la energía que había perdido. Su mente estaba llena de pensamientos, muchos relacionados con el examen Chunnin que se avecinaba, según lo que había oído días atrás. Había preparado sus libros, documentos, incluso su mente para aquel momento, que sería realmente especial. Estaba realmente nervioso, no conseguía relajarse de ningún modo. Sudaba, y sus piernas le dolían intensamente. Luego de unos momentos, la suave brisa natural y el sonido del movimiento de las hojas de los árboles, hicieron las veces de somnífero, realmente eficaz, porque pronto, su mente comenzó a dinamitar todos esos pensamientos que la atormentaban, para dejarse llevar por las suaves sensaciones que invadían el cuerpo del jóven. Cuando despertó, la tarde casi había llegado a su fin, y renovado, se levantó y comenzó a caminar en dirección a su hogar. En el camino, pasó por la oficina del Hokage para dejarle unos documentos que este le había encargado, y observó un tablón, repleto de escrituras y fotos clavadas con chinches y pegadas sobre los ellas. Se acercó un poco más y pudo distinguir lo que aquello era: una gran cantidad de misiones con sus respectivas recompensas. Luego de leer algunas se creyó capaz de realizar los encargos y seleccionó la que le pareció más conveniente. Se acercó al Hokage y le indicó que él sería quien realizaría el trabajo, que consistía en traerle un plato especial para un festival que se realizaría en unos días. Este asintió y Kenji partió para el centro comercial de la Villa, más específicamente hacia Ichiraku Ramen, una casa de comidas rápidas. Realizó su pedido y luego de unos 30 minutos, el encargado del lugar se acercó con unas cuantas bolsas, que le dío al joven y luego de recibir el pago, desapareció dentro de la cocina. Kenji cargó las bolsas hasta la oficina del Hokage justo antes que la noche invadiera el lugar.