Misión rango D: la fuga.

Rango: D
Longitud: 4 mensajes / 4 líneas.
Descripción: Se han fugado animales que se encuentran semi-sedados, por ello son muy ofensivos, tu misión es llevarlos de vuelta al veterinario. Ten cuidado con los animales, al parecer están delicados de salud. NO LOS LASTIMES!
Recompensa: 100 Drems - 150 PR - 1 PE
Lugar: Calles

Esa mañana, como todos todos los fuckingmente monónotonos días de mi vida, me dirigí hacia la oficina de L para pedir una misión. No había nadie en la recepción, pero sí habían varias notas escritas en papeles amarillos, como si los ninjas de la aldea fuéramos todos unos ciegos o unos boludos. En los carteles se leía bien claro: Salí de vacaciones así que volveré en un par de días, si quieren una misión vayan directo a molestar al flojo del Mizukage. Chao mis nenes. ♥ Ok, ese exeso de confianza me daba mala calaña, y sobre todo no quería ir a ver a L... pero bueno, qué se le va a hacer, de seguro estaría durmiendo y me tocaría escoger yo misma un pergamino. Subí hacia su oficina, recorriendo los largos pasillos de la torre y adentrándome en lugares pequeñísimos, si no conocías el lugar de seguro te perdías, pero de alguna manera llegarías hasta donde llegué: la puerta de la más grande oficina de todo el lugar. Entré y observé a mi alrededor, no me encontré a nadie ahí adentro, pero estaban como siempre, los pergaminos de las misiones... escogí uno de mi rango al azar y me marché. Ya afuera, me dispuse a leer la misión y sin mucho ánimo fui hasta las calles cercanas a la veterinaria que se especificaba en el pergamino, era una ubicada bien en el centro, por lo tanto tendría que correr entre una muchedumbre de gente para encontrarlos. GRAN DÍA, GRAN DÍA.

Tenía que buscar a un perro, dos gatos y un perico. Comencé por los basureros de los callejones en los alrededores, primero divisé al perico, urango en unas bolsas que contenían chocolates semi-comidos en su interior. El pequeñín por suerte no me vio y pude acercarme sigilosamente y cogerlo sin hacerle mucha presión. Me di cuenta que tenía la pata vendada y que no hubiera podido escapar por mucho tiempo de mí. Sonreí y lo guardé en una jaula que tenía al lado, junto a un montón de correas. Era tiempo de buscar a los demás. Escuché unos gruñidos gatunos un poco más allá.. caminé unos 30 metros y encontré a los dos gatos que faltaban peleando, al parecer eran hermanos o algo así, porque los dos eran blancos y regordetes, parecían estar resfriados. Tomé a uno y le puse la correa, el otro corrió lo más fuerte que pudo y yo amarré a su hermano a un poste que había por ahí para poder ir a buscar al prófugo. Llegué al final del callejón y me quedé frente a frente con el gato, que estaba muy cansado debido a su peso, pero aun así pudo girar sobre sí mismo y cambiar la dirección, pasó por encima mío con un gran salto y comenzó a correr en la otra dirección. Entonces, de repente se giró de nuevo hacia mi lado y saltó sobre mis brazos, al principio no comprendía por qué, pero luego vi al perrito que venía detrás, ladrando sin cesar. Dios, le faltaba una pata y aún así estaba haciendo líos por ahí. Lo agarré y lo llevé hacia donde estaban los otros animales, no le puse la correa sino que lo mantuve en mis brazos mientras con la otra mano llevaba a los demás animales (estaba muy sobrecargada xD). Luego de unos pasos llegué a la veterinaria y devolví a los animales a su jaula. Era todo por hoy, volví al edificio administrativo para recibir mi paga y me fui cansada a casa, había gastado toda mi paciencia.